jueves, 3 de junio de 2010

LA PEQUEÑA PRINCESITA 4

La pequeña princesita
PARTE CUATRO

El camino era peligroso. Algunas rocas eran fáciles de saltar, pero ahora me encontraba en la parte más difícil por que las rocas se hacían más pequeñas, y saltar de una a otra requiere de un buen equilibrio. Ya estoy cerca, puedo ver el nuevo planeta. Sólo tengo que saltar unas rocas más. Avancé con precaución y llegué a las últimas 3 rocas, éstas eran realmente pequeñas y separadas la una de la otra.

Esto es apenas el comienzo de mi trayecto, no puedo parar ahora, no puedo dejar que el miedo me gane, porque así, nunca llegaré a descubrir mi nombre. Esta es mi oportunidad, de saber, de conocer, y de ayudar a alguien más, pero sobre todo de ayudarme a mi misma. Si no salto estas últimas 3 rocas tendré que regresar a mi mundo abatida ,sabiendo que no fui lo suficientemente valiente. Así que respiré profundamente y con cuidado salté a la siguiente, luego a la siguiente y por último perdiendo un poco el equilibrio, logré saltar de la última roca hasta el extraño nuevo planeta.

Lo primero que me encontré fue una gran puerta cerrada, impidiéndome ver el resto del planeta y su tamaño.
Me acerqué a ella y empujé, pero nada pasó. La puerta estaba cerrada. ¿cómo se supone que alguien puede entrar a este lugar si la puerta esta cerrada? Esto no es posible, debe de haber alguna manera de abrir la puerta. Cuidadosamente busqué a los alrededores pero no encontré nada, regresé a donde se encontraba la puerta. Espera, un gran tapete con la palabra “BIENVENIDA” se encontraba frente a la puerta. ¿Cómo no lo había notado antes? Me agaché y levanté el tapete, debajo de éste había una llave. Tomé la llave emocionada y la inserté en la puerta y esta inmediatamente se abrió.

Sin dudarlo dos veces entre por ella. Todo estaba obscuro, no podía ver nada. Caminé un poco y la grande puerta se cerró llevándose con ella los últimos rayos de luz. Me quede parada sin saber qué hacer, lo único que lograba escuchar era mi respiración y mis pasos. Estaba perdida en la obscuridad. ¿Cómo voy a encontrar el reloj de Zoila si no puedo ver nada?

"Holaaaa!"- grité lo más fuerte que puede , escuchando cómo mi voz creaba eco.
Cuando mi voz dejo de sonar, algo maravilloso sucedió, todo se alumbro inmediatamente, y es así que pude ver dónde me encontraba.
Estaba en un enorme cuarto lleno de repisas y libros, uno encima de el otro, parecía que no tenía fin, me encontraba con millones de libros a mi alrededor. Miré hacia arriba, no podía encontrar el techo, las repisas se extendían a un infinito de más libros.
"Guau!"- fue lo único que pude decir. Qué lugar más extraño, definitivamente me gustaría vivir aquí, así ya no tendía más dudas, todo lo que no sé lo podría aprender en estos libros, todas las preguntas en mi cabeza se podrían responder en este inmenso cuarto. Tal vez mi búsqueda termina aquí, y mi nombre se encuentra en alguno de estos libros, ¿Pero cómo se cual? Debe de haber millones, nunca terminaría de leerlos, a menos que alguien me pueda decir cual es el libro correcto, alguien debe de vivir aquí y saber que contiene cada libro, alguien me podría ayudar.

Derepente escuche un sonido detrás de mi, volteé rápidamente y es así que vi un silueta en unas de las repisas lejanas.

“¿Hay alguien ahí?” Pregunte, aunque sabía que lo que estaba viendo era la silueta de otro ser humano.

“¿Quién eres?” pregunto una voz grave.

Antes de que pudiera contestar la silueta comenzó a caminar. Talvez esto fue un error, el miedo comenzó a llenar mi cuerpo, la voz de esa silueta no sonaba suave y agradable como la de Zoila. Era todo lo contrario.
Este nuevo ser comenzó a tomar forma, era la forma de un hombre, pero no un hombre viejo, un hombre joven. Este hombre no era mucho más grande que yo, no como Zoila, debería de tener unos 20 años, su cabello era rizado y rubio, estaba vestido de una manera muy extraña, una armadura envolvía su cuerpo, y una espada colgaba de su cadera. Su manera de vestir me daba miedo, pero al ver su cara me relajé un poco, no pude sentir miedo al ver que estaba sonriendo de una manera extraña, con curiosidad.

“Ahh, una pequeña niña. Perdona, no era mi intención asustarte, es solo que ladrones vienen aquí de vez en cuando, y nunca es malo ser precavido.” El joven movió su mano “ Ven, acércate pequeña, hace mucho tiempo que no veía a una niña de tu edad”

Camine lentamente hacía el joven, este se hinco para poder verme claramente y hablo nuevamente, pero su voz ya no me causo miedo “¿Qué haces aquí? ¿Estas perdida? Este no es un lugar para pequeñas como tu”

Ya frente a frente con el puede es que pude hablar.
“Perdona, es solo que no estoy perdida, bueno en una manera estoy buscando algo perdido, dos cosas perdidas, y vengo desde mi pequeño mundo en búsqueda de lo que perdí, Zoila, la mujer del planeta vecino me mando aquí para ayudarla y ella me va ayudar a mi” .

“¿Zoila?” El joven pregunto, “Hace mucho tiempo que Zoila no mandaba a alguien, debes de ser una pequeña muy importante para que ella te haya mandado aquí”.

Importante, yo no soy nadie importante, pensé. El joven vio mi cara de confusión y se paro riendo. Su risa era como nada que antes hubiera escuchado, su risa me hizo sentir mejor.

“Zoila no mandaría a alguien en una misión si esta no fuera importante, verás, alguien que de verdad la pueda ayudar, y ella te eligió a ti, así que eso te hace importante, ¿Cómo te llamas pequeña?”.

Cuando el hermoso joven me preguntó esto, no pude evitarlo y lágrimas escaparon de mis ojos. Mi nombre. ¿Por qué todos querían saber mi nombre?, ahora me sentía más perdida que antes. El joven me vio llorando y rápidamente se volvió a hincar frente a mi. “No llores, ¿Qué sucede?” me preguntó.

Le explique al joven todo lo que había pasado, como es que había perdido mi nombre y Zoila ofreció ayudarme si yo la ayudaba a ella.

“¿Zoila te mandó aquí para buscar su reloj?” me preguntó el joven. Yo le contesté que sí con la cabeza. El joven parecía enojado.

“Te voy a contar una historia pequeña niña , tal vez así puedas entender mejor todo esto, y tal vez esto te ayude en la búsqueda de tu nombre.” Yo dejé de llorar y lo miré con atención. Sabía que había algo que Zoila no me había dicho, algo que había hecho que este joven de cabellos rizados se enojara con ella.

“Mi nombre es Alexander”

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LAS PRIMERAS PARTES SE ENCUENTRAN ABAJO, NO SE LAS PIERDAN LECTORES IMAGINARIOS.........
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